Me llamo Elisabet pero me llaman Liz. Padezco de agorafobia diagnosticada desde hace más de 25 años, veinte de los cuales los he vivo en mi domicilio sin poder apenas desplazarme fuera de mi urbanización. El Estado de Alarma decretado en España en el mes de Marzo de 2020 también ha influido en mi vida diaria pues aunque estoy habituada a no salir de casa durante algunos periodos de tiempo, he necesitado siempre las visitas de mi familia y amigos para mantenerme una persona activa y social.

Llevo evitando la situación de ir al dentista pocos meses antes de acabar el año por la experiencia negativa que tenemos la sociedad de pensar que “el dentista es caro y hace daño”. Por ello, era inevitable que me pusiera en contacto con CSA Dental y tardé varios días en tomar la decisión de afrontar la experiencia sin antes navegar por todas sus redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram, YouTube, Google, Linked IN, TikTok, etc.) para conocer qué tratamientos podían ofrecerme y la opinión de las personas que, antes que yo, han contratado sus servicios.

Quiero destacar en este párrafo que los profesionales que me han atendido lo han hecho desde la comprensión y conocimiento de mi enfermedad, con cariño, entendimiento, empatía y respetando mis tiempos y mis ataques de pánico asociados con mis ansiedades, vergüenza y el miedo a perder mis piezas dentales. Esta asistencia me ha reducido mi temor a confiar mi bienestar y mis cuidados bucodentales en profesionales con experiencia y demostrando sus ganas por ayudar, estar cerca y respetándome a mi como pacientes.

Porque reconozco que no padezco una enfermedad habitual y que mi forma de enfrentar mis miedos, han provocado visitas en las que no hemos podido avanzar y en otras en las que no hemos podido finalizar con las expectativas propuestas pero, finalmente, tanto la odontólog@ y yo hemos podido ganarle el pulso a la prevención bucodental y lo demás ya será otro reto a sueprar.

ESJ

Cataluña, 2020